
Juan Carlos Pérez Rodríguez
Infortunadamente todo llega a su fin antes de empezar, cuando Labourdonnais en los últimos días de marzo de 1824 les escribe desistiendo del match, obligado por el grave desacuerdo entre los socios que por poco llevó a la disolución del círculo parisiense.
Esta cancelación desilusionó profundamente a Londres, a tal punto que los periódicos que le habían dado importante relevancia al asunto, rodeándolo de gran publicidad, insertaron artículos con alusiones mordaces, diciendo que los franceses aparentemente “temían encontrarse frente a otro Waterloo”.
SUSTITUTO
No obstante la semilla había caído en tierra fértil y echado ya sus raíces. Si Paris no podía jugar entonces lo mismo daba que lo hiciera otro adversario. Esta circunstancia fue aprovechada por un club de Edimburgo, que le propuso a su par de Londres formalizar un match por correspondencia. Se jugarían tres partidas y no se contabilizarían los empates. Dos partidas se iniciarían de inmediato y el que ganara la primera conduciría las blancas en la tercera. El premio consistirá en una copa de plata valuada en 25 guineas. El retado aceptó.
Es de hacer notar que la asociación londinense no contaba en esa época entre sus socios a los que gozaban de mayor renombre dentro de la vida ajedrecística británica, mientras que los de su rival eran aún más mediocres. Es más, de no haber sido por la enorme frustración generada por el desplante de los parisinos, es inconcebible que el London Chess Club hubiera aceptado el desafío. Pero, siendo así, pensaban darle una buena lección a estos escoceses “imprudentes”.
COMPONENTES
Se sentían orgullosos de estar en la plenitud de sus fuerzas. Y con tal criterio conformaron el comité de los doce elegidos para conducir las partidas que fueron: J. Brand, John Cochrane, W. Fraser, T.Keen, William Lewis (1787-1870, que inmediatamente de concluido el match publicó un libro con el desarrollo de las partidas ampliamente comentadas y pormenores organizativos), T.Mercier, Joseph Parkinson, Peter Pratt, Abraham Samuda, C.Tomlin, Benjamín Willshire y Joseph Wood. Por su parte el Edimburgh Chess Club presentó a: James Aytoun, E. Buchanan, H. Burnett, W.Crawford, James Donaldson, James Gregory, Rev. H.Liston, S.Mackeray, J. Meiklejow, F. More, N.Pender, E. Rose, S.Stirling, D. Wauchope y C. Wylie. De todos ellos sólo Donaldson era capaz de enfrentar en iguales posibilidades a algún integrante del equipo adversario, según analizó Chess player’s chronicle (1841).
Los juegos se regirían de acuerdo a las normas recopiladas por Jacob Sarratt en su “Treatise on chess” publicado por primera vez en 1808 y reimpreso en 1822 y 1823. Y el ampliado y corregido “New Treatise” aparecido en 1821.
INICIO
La primera movida fue despachada desde Edimburgo el 23 de abril de 1824 y este dato tiene el valor de convertirse en la piedra fundacional en la historia “oficial” del ajedrez por correspondencia. Para dar cumplimiento a las reglas, fue necesario disputar cinco partidas. Edimburgo, a pesar del favoritismo de su adversario no se amilanó y le propinó una dura desilusión al ganarle dos juegos (el segundo y el último), perder uno (el cuarto) e igualar los restantes.
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